domingo, 1 de noviembre de 2009

TOMMY MOTTOLA ES UN DEMONIO

Por Claudia Ayola

Jamás olvidaré la primera vez que vi a Michael Jackson. A casa había llegado nuestro primer Betamax. Mi abuela lo había traído de Panamá en uno de sus viajes. Para instalarlo no se requería subir al techo a arreglar la antena con un cálculo matemático, pero fue necesario leer bien las instrucciones, después de todo era la primera vez que teníamos un aparato así en casa.
Durante días vimos el video de prueba de Sony. Una niña rubia mostraba un emocionante camino con tonos azules y blancos perfectos en el que invitaba a entrar al mundo de Sonyland y su avanzada tecnología. La tierra Sony me parecía mágica. Me pregunto cuánto la marca se posicionó en mi cabeza frágil de niña de 9 años que pasaba horas sentada frente al televisor viendo el mismo video, en un lavado de cerebro aleccionante y peligroso.
Ya me sabía de memoria la película de Sonyland cuando a casa llegó el video de Michael Jackson. Vestía una chaqueta roja y bailaba de una manera que nunca había visto. Aunque el joven hombre negro cantaba algo que yo no entendía, lo alcanzaba a adivinar por la narración de las imágenes. Michael Jackson se metió en nuestro Betamax una y otra vez y la vieja película de Sonyland quedo sucia en un rincón que luego el perro de la casa orinó con rebeldía. Por asco nadie quiso volver a tomar el video de Sonyland y terminó en una bolsa de basura.
En junio de 2002, las cámaras captaron unas imágenes del rey del pop hablándole a su público en un escenario de Londres. Uno de los presentes llevaba un pequeño letrero que decía Sony kills music, que traduce Sony mata la música. Jackson tomó el anuncio en sus manos y en lugar de cantar dio un discurso sorprendente en el que decía que grandes artistas tenían historias similares, eran personas que trabajaban muy duro y la historia siempre terminaba igual “ellos terminan tristes, deprimidos y solos, porque las compañías se aprovechan de ellos”
Michael continuó diciendo que él era una persona libre y que sólo grabaría un año más con Sony “Estoy dejando la compañía y ellos están molestos conmigo…, la forma como quieren vengarse es intentando destruir mi álbum, pero yo siempre digo: el arte bueno nunca muere”
El público aplaudió exaltado cuando el artista dijo, refiriéndose al alto ejecutivo de la Sony, “Tommy Mottola es un demonio”. Michael afirmó en público que Tommy Mottola era un horrible ser humano. Dijo “no podemos dejar que hagan esto con grandes artistas” y terminó afirmando “Les prometo que los buenos ganarán al final”
Del rey del pop se ha dicho mucho. Personalmente he dicho que demasiado despliegue noticioso para la muerte de un fulano y demasiado silencio frente a la muerte de otros tantos. Sin embargo, a pesar de mi resistencia por importarme que Michael Jackson haya muerto, algo en mí siente nostalgia. Creo que un ícono de la música, que se mantiene por tanto tiempo, se vuelve como un buen perfume que nos acompañó a crecer. La muerte de Jackson nos convierte a los demás en unos sobrevivientes que nos pasamos la vida, entre otras cosas, despidiendo gente que muere.
Nunca imaginé a Michael Jackson en ese discurso de resistencia en contra de la Sony. Me hizo pensar en la gente que ha protestado en contra de las grandes multinacionales, algunos de ellos han resultado muertos. ¿Pero Michael, el mismo Michael con su atuendo excéntrico? No es mi versión de un sindicalista. Beat it, Thriller y Billie Jean se posicionaron en nuestro viejo Betamax. Tal vez el más inteligente de la casa fue mi perro, quien en un acto de irreverencia levantó su pata y orinó para siempre a Sonyland.

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